Los países del norte de Centroamérica se preparan este miércoles para la embestida de la tormenta tropical Nana, que se desplaza por el Caribe con pronóstico de convertirse en huracán antes de tocar a las costas de Belice en la madrugada del jueves.
Las fuertes lluvias y vientos huracanados de Nana sacudían con furia a la atracción turística hondureña de Islas de la Bahía, y amenazaban con provocar severos daños en Belice, Guatemala, El Salvador y el resto de Honduras, según los organismos de protección civil, que iniciaron acciones preventivas.
Nana se desplazaba a una velocidad de 24 km/h a 130 km de la costa hondureña, con dirección a Belice, según un comunicado de la hondureña Comisión Permanente de Contigencias (Copeco).
La comisión, que había declarado "alerta verde" en siete de los 18 departamentos del país, amplió la tarde del miércoles la lista a 11 regiones, incluyendo Francisco Morazán, en el cual se asienta la capital Tegucigalpa.
Francisco Argeñal, jefe de Meteorología de la Copeco, advirtió que se esperaba que la tormenta se convirtiera en huracán categoría 1 (en una escala de 5), con vientos mayores a 117 km/h y riesgo de inundaciones por la crecida de ríos.
En Belice, un informe actualizado del Servicio Meteorológico Nacional y la Organización Nacional de Manejo de Emergencias (NEMO, por sus siglas en inglés) advierte que Nana podría tocar tierra entre las 00H00 y 06H00 locales del jueves (06H00 - 12H00 GMT) sobre el sur del país "como un huracán de categoría uno".
NEMO declaró alerta de tormenta ante la posibilidad de fuertes lluvias con inundaciones y anegamiento de carreteras y puentes, en tanto señaló que los fuertes vientos podrían provocar daños en viviendas, caída de árboles y de líneas de transmisión eléctrica, así como apagones e interrupciones en el suministro de agua.
También, "aconseja al público comenzar a poner en acción su plan de emergencia familiar y estar preparado para buscar refugio seguro", según un comunicado.
Las escuelas se usarán como refugio, los propietarios de embarcaciones deberán asegurar sus barcos y las empresas públicas y privadas deberán liberar a sus empleados para que puedan buscar refugio, agregó.
"Nos hemos enfrentado a ciclones tropicales muchas veces antes", precisó NEMO al llamar a la calma e indicar que actualmente "la mayor amenaza" es la pandemia de covid-19, por lo que instó a mantener las medidas de higiene y el uso de mascarilla, entre otras recomendaciones.
- Saturación de suelos -
En Guatemala, el ente a cargo de la protección civil alertó a las autoridades municipales y a la población sobre los efectos colaterales de las lluvias de Nana, que serán constantes desde el jueves hacia el fin de semana.
"Ante el incremento de lluvias podrían ocurrir inundaciones, derrumbes, deslizamientos (...), así como incremento en el caudal de los ríos y daños a la red vial", señaló la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
Las precipitaciones también pueden provocar el descenso de lahares (masas lodosas que arrastran rocas) por los barrancos de los volcanes Fuego (suroeste) y Santiaguito (oeste), lo cual pone en riesgo a comunidades asentadas en áreas cercanas.
David de León, vocero de la Conred, declaró a periodistas que se espera que Nana ingrese a Guatemala degradada a tormenta por el norteño departamento de Petén, fronterizo con Belice y México.
Una de las preocupaciones es la "saturación" de los suelos a causa de los constantes aguaceros de la temporada lluviosa que inició en mayo y suele extenderse a noviembre, indicó De León.
El organismo comenzó a movilizar alimentos y otros insumos desde la capital a poblados en el norte y noreste, sobre el Caribe guatemalteco.
- Región vulnerable -
En El Salvador, el ministro de Gobernación (Interior) y presidente de la Comisión Nacional de Protección Civil, Mario Durán, dijo que "preventivamente" ordenó "declarar alerta verde a nivel nacional" ante el esperado paso de Nana por el país.
Las autoridades salvadoreñas estiman que Nana provocará tormentas "de moderada a fuerte intensidad" a partir del jueves en su territorio.
A finales de mayo e inicios de junio, las tormentas Amanda y Cristóbal dejaron a su paso por el norte centroamericano 30 muertos en El Salvador y cinco en Guatemala.